El taller mecánico también puede beneficiarse de las virtudes de la calefacción industrial de bajo consumo. Vamos a ver, ¿existe un establecimiento que pase más tiempo con las puertas abiertas de par en par aunque sea en el invierno más riguroso? Es parte de su manera de trabajar porque necesitan que los vehículos circulen, se muevan, entren y salgan. Lo normal.
Preguntas: ¿van a estar los trabajadores del taller castigados llevando un anorak mientras están debajo de un coche? No deberían. ¿Es eficiente un sistema de calefacción convencional en un taller de esas características? No. ¿Es una buena inversión la calefacción convencional? No. Es un gasto brutal en combustible y al final ni se nota el resultado.
La calefacción por tubo radiante puede ayudar un montón a estos currantes. Como cualquier sistema de calefacción, es más eficiente en entornos cerrados, pero en los locales en los que se abren y cierran puertas continuamente ha demostrado mil y una veces que está por delante de cualquier calefacción convencional. Veamos los motivos:
Baja inercia térmica.
El calor emitido por los tubos radiantes tiene unas características que hace que lo de menos sea la circulación del aire. El calor radiado calienta directamente a la gente, el suelo y los objetos, sin que tengamos que perder horas calentando el aire para sentirnos cómodos. ¿Se abre un portón? Con el tubo radiante el calor se recupera muy rápido.
Rápido efecto.
Se nota de inmediato y es agradable, como el calor del sol. Por su rapidez no hace falta tenerlo encendido horas antes de empezar a trabajar para calentar el local. Llegamos, encendemos la calefacción y a trabajar.
Es más eficiente de por sí que los sistemas convencionales.
Su propia manera de funcionar provoca ahorro. A ese ahorro propio se suma que está encendido menos tiempo porque se nota más y mejor.
Es limpio.
No emite gases, cenizas ni humos. Vale, el taller mecánico no es el sitio más reluciente del mundo, pero cuando tu trabajo es dejar impecable la nueva pintura de un coche agradeces no tener polvillo flotando por el local movido por el aire de la calefacción.
Es fácil de instalar.
Estos dispositivos tienen la forma y el aspecto de lámparas fluorescentes, de esas de tubo. Su instalación no requiere obras complejas ni mucho tiempo.
Es cómodo y fácil de usar.
Se pueden programar los dispositivos para regular la temperatura deseada y encenderse y apagarse a horas determinadas. Como además no hace ruido, ni te acuerdas de que existe. De lo que sí te acuerdas es de lo calentito que estás.
Entonces, si sumamos todo esto tenemos comodidad, confort y bajo consumo (entre un 30 y un 70 % de ahorro). ¿Vas decir que no al tubo radiante en tu taller?
En Bioaire somos especialistas en calefacción industrial de bajo consumo para naves industriales, así como en talleres o consecionarios de automóviles. Si deseas más información y deseas recibir un presupuesto sin compromiso no dudes en contactar con nosotros.